Friday, February 16, 2018

El mar y la muerte

Dije en mi respuesta a José Luis en el post anterior que por primera vez mi di cuenta (de manera profunda) del límite de mi vida a los 37 años cuando sabía que mi madre iba a morir pronto. Pero la verdad es que me di cuenta, de manera profunda, mucho antes de la posibilidad de morirse antes de, digamos 80 o 84 (7 por 12) años. Por ejemplo, ya había pensado sobre lo que iba a decir en los funerales de mi madre por lo menos 10 años antes de su muerte, entonces cuando ella tenía 59 años.

Es normal eso? No lo sé.

Mi padre murió cuando yo tenía 7 años, el padre de Aafke murió cuando yo tenía 21 años (lo he conocido dos años) y mis únicos dos abuelos murieron también cuando yo tenía más o menos 21 años. A esa edad (21) yo me consideraba ya una especie de pater familias de una familia amplia, la de la madre y dos hermanos de Aafke y la de mi madre y mis hermanos.

Aafke está buscando en sus 150 cuadernos de dibujos los en que ella ha pintado o dibujado el mar. Los que están en este post han sido dibujados en la isla de Kreta.


4 Comments:

Blogger NáN said...

Hermosos dibujos. La muerte puede serlo, pero depende de la oportunidad (no llegar nunca a la vejez dependiente) y del ánimo con que se afronte.

1:55 AM  
Blogger andandos said...

¡Ah, la muerte! Mi vecina de enfrente, la que nos vendió el solar sobre el que edificamos nuestra actual casa y a la que escuché decir, en una de esas largas tardes de verano en las que ella y nuestros vecinos sacaban unas sillas y se pasaban horas hablando de todo y de nada. A la que escuché decir, decía, que "es que hoy se vive demasiado".

Bueno, después de unos meses en la residencia que hay aquí al lado de casa, y esto es literal, veo desde nuestra terraza a la gente mayor que está en esa residencia, entre ellos un músico que poco a poco va, físicamente, a menos, murió hace cosa de un mes. En fin, ha vivido más de noventa años, la mayoría de ellos con buena salud física y mental.

Un abrazo

2:21 AM  
Blogger giovanni said...

Últimamente varios de mis amigos han dicho que prefieren morir cuando dependen de otros para seguir viviendo. Sobre todo les parece terrible pedir esta ayuda a sus familiares. Teniendo una suegra muy querida de casi 98 años, que depende de otras personas, para mí es diferente, aunque veo los problemas. Creo que en el momento dado de tal dependencia preguntaré a mis queridos qué es lo que quieren ellos. Claro, también tendré mi propia opinión. Pero la decisión no dependerá sólo de mi mismo.

El ánimo con que se afronta la muerte es "un tema interesante" para así decirlo.

Un abrazo

1:52 AM  
Blogger giovanni said...

José Luis, veo esa "película" en que los vecinos sacan sus sillas para charlar... aquí, en Holanda, en el dique donde vivo, lo hacemos también, pero no como en España o Grecia, aunque a veces las escenas son casi idénticas. El tipo de silla acá es diferente... pero las personas no son tan diferentes.

Ese músico que poco a poco se va, es otra imagen o película más o menos universal. Parece que todos, en nuestros mímimos detalles de la vida, nos parecemos, somos universales. Pero hay pequeñas diferencias, no tanto en su forma única sino en su composición total. Cada persona es distinta, incluso gemelas.

Noventa años me parece bastante.Y con buena salud física y mental, bárbaro!

Un abrazo

2:08 AM  

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